Las leyes de ayuda médica para morir aplican únicamente a pacientes con enfermedades terminales, en pleno uso de sus facultades mentales, con un pronóstico de vida de seis meses o menos y que puedan auto ingerir el medicamento por sí mismos(a). Cualquier desviación de estos requisitos, viola la ley y coloca a los médicos, a los familiares y a otras personas, en un peligro reglamentario, civil y penal. Esta ley no aplica y jamás tuvo el propósito de aplicarse a una persona cuyo único diagnóstico, sea el de anorexia nerviosa.
Existe una práctica médica rigurosa que consiste de múltiples pasos, diseñada para garantizar que únicamente las personas que cumplen con estos criterios específicos, pueden calificar para tener acceso a esta opción compasiva de fin de vida. Este proceso está basado en el juicio de profesionales médicos calificados y capacitados para determinar cuáles son los pacientes que califican. Un médico que viole esta ley está sujeto, no sólo a cargos disciplinarios de la mesa directiva estatal, sino que también podría perder su licencia y enfrentar asimismo, cargos penales que resultan en prisión.
Es importante reconocer que la ayuda médica para morir se ha practicado durante décadas. Estas leyes brindan el alivio necesario a los estadounidenses con enfermedades terminales y contribuyen para mejorar los cuidados paliativos, cuidados de hospicio, como se le conocen en Estados Unidos, así como la planificación anticipada de cuidados de salud, que se necesitan desesperadamente.
Kevin Díaz
Director de Defensa Jurídica
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