José Alejandro Lemuz compartió su historia en febrero de 2024.

En diciembre del 2023, decidí que ya era suficiente. Ya había soportado muchas rondas de quimioterapia y radiación desde que me diagnosticaron en el 2018, cáncer de próstata en etapa 4.  El cáncer estuvo controlado por cinco años. Yo podía trabajar y cuidar a mis hijos, podía disfrutar la vida. Pero en el verano del 2023, los efectos secundarios se volvieron demasiado dolorosos y debilitantes. Terminé yendo al hospital en dos ocasiones, durante semanas de estancia. No podía comer.  Apenas podía caminar. La radiación ayudó en un sentido, pero dañó mi cuerpo y mi calidad de vida en otros sentidos. 

Los médicos ya no pueden controlar el cáncer y este dolor implacable es demasiado para mí. No tengo fuerzas. Todos los días estoy bajando de peso. El cáncer se ha extendido a mis huesos y el dar unos cuantos pasos, se vuelve insoportable. Si necesito levantarme para ir al baño, comer o bañarme, lo hago en cámara lenta porque literalmente siento que mis huesos se van a quebrar. Quiero  trabajar, pero no puedo hacerlo. Extraño el trabajo que hacía reparando carros,  pero tengo dificultades para ir al baño, sé que no podré trabajar debajo de un carro . Cuando tomo una pastilla para el dolor, duermo una hora, tal vez dos, y luego el dolor me despierta nuevamente y me tomo más medicamentos para calmar  el dolor interminable. Es horrible.

Las medicinas que me están dando ahorita no me calma mucho el dolor. He probado medicinas más fuertes para el dolor, pero me dejan confinado en cama, incapaz de atender mis necesidades más básicas, y esa no es una opción para mí porque vivo sólo. No tengo a nadie que me ayude. La mamá de mis hijos a veces viene a cocinarme, pero ese es todo el apoyo que tengo.  A veces me acuesto y le pido a Dios que me ayude a despertar sintiéndome bien, pero nunca amanezco bien. Me despierto y cada día es peor: más dolor, más sufrimiento. No le deseo esto a nadie. 

Más allá del dolor inmovilizador, la parte más difícil de tener un cáncer en etapa terminal es dejar a mis hijos. Ellos apenas tienen 14 y 17 años y apenas están empezando sus vidas. Por ahora, rara vez hablo de cosas tristes con ellos y si necesito llorar, voy a algún lugar donde no me puedan ver. No quiero decepcionarlos con lo mal que me han ido las cosas.

Pero les he hablado sobre mi deseo de utilizar la ayuda médica para morir. Ellos han estado aquí cuando he estado muy enfermo, cuando no he podido levantarme. Han estado conmigo cuando estuve en el hospital. Han visto cómo he estado sufriendo. Quiero que ellos conozcan esta ley, el por qué se aprobó y el por qué deseo esta opción para mí.

Durante mi enfermedad, busqué información en YouTube sobre el cáncer, el tratamiento y mis opciones. Vi que la ayuda médica para morir es una opción en otros estados, pero pensé: me es imposible viajar o mudarme a otro estado. Después descubrí que la opción también existe en California. Pero no sabía nada más, sólo que era una opción.

Mis médicos no han sido sinceros conmigo sobre todas mis opciones. Quisiera que los médicos me explicaran las cosas más detalladamente para que yo comprenda mis opciones y los efectos secundarios de forma sincera, no de una forma que me convenza elegir una cosa en lugar de otra. A veces siento que no quieren que conozca mis opciones o que yo pueda rechazar el tratamiento. A veces simplemente me dicen que algo me ayudará, pero no me dicen cómo podría afectarme.

No creo que los médicos y los hospitales proporcionen a los pacientes suficiente información que sea transparente. Aprendí sobre la ayuda médica para morir a través de un video de un californiano que había pedido una receta a sus médicos. Después aprendí sobre Compassion & Choices a través de Univisión. Llamé a la estación de televisión y pedí información. Me entrevistaron y después me pusieron en contacto con Compassion & Choices para obtener más información. Tuve que enterarme de esta ley a través de videos y por televisión, en lugar de enterarme por mis médicos.

Después de hablar con una persona de Compassion & Choices, le mostré a mi médico una página web sobre la ayuda médica para morir para iniciar la conversación con ellos. En vez de platicar conmigo, sólo me dijeron: “No, todavía no.  Aún tienes opciones”. Yo soy el que está sufriendo. Solamente yo sé lo que estoy viviendo. Quiero que mis médicos entiendan y respeten la decisión que he tomado. El sufrimiento es como ser torturado. El cáncer lo consume a uno, poco a poco.

Tres meses después de intentar iniciar esta conversación con mi equipo médico, le dije a mi médico en diciembre: “Ya no quiero  más tratamiento. Quiero que usted respete mi decisión y quiero que me ayude. Le pido que me declare en etapa final porque usted es el que sabe que el tratamiento ya no me funciona”. Pero todavía no tengo un pronóstico de vida de seis meses o menos. Cuando reciba un pronóstico de seis meses o menos, quiero este medicamento para finalmente aliviar este dolor y estar en paz.

Es difícil para mí hablar de esto, no porque tenga miedo a la muerte, sino por la cantidad de sufrimiento que ya estoy padeciendo. No le tengo miedo a la muerte. Tarde o temprano uno va a morir. Sólo quiero evitar morir poco a poco, con dolores y sufrimientos insoportables. Estoy consciente de que me estoy acercando al final y no creo que Dios necesite que luche hasta el amargo final. Eso es demasiado sufrimiento.


Cobertura de la historia de José:


Univision – José Lemus, el hondureño con cáncer terminal que logró asistencia para morir en California (April 3, 2024)

CNN en Español – La "opción de fin de vida", una forma voluntaria de morir en California (April 3, 2024)

Univision – Reportaje (March 28, 2024)

La Opinión (Los Angeles) – ‘Estoy listo para irme’, dice latino que se ha acogido a la muerte asistida (March 28, 2024)

Orange County Register – My advice for terminally ill Latinos like me: You have options (March 19, 2024)

Univision – "Como una persona valiente" quiere ser recordado un hispano con cáncer que lucha por morir en California (October 5, 2023)